MI PRIMER DIA DE CLASES
Todo transpiroso entré a la sala y rápidamente divisé el panorama que me acompañaría durante este semestre, entrándome un pánico aterrador al comprobar que se notaron los dos años que estuve fuera de la universidad.
Parecía un jabón de tina usado de tanto pendejo que me rodeaba. No había nadie moderadamente más adulto (para no decir más viejo). Era como estar en un recital de Kudai con casi todos los pendejos pinados pal´ lado, como al que asistimos estando en Quillota, cuando mi vida era parte del jet set capitalino al dedicarme a los eventos.
No conocía a nadie, caminé y me senté de los último por que con tanto ñoño no había puesto al frente (no alcance a ser ñoño por una cuestión de hueco) y lo peor… mi sordera (Para los que no saben y como no puedo ser perfecto, tengo un problema a un oído lo que me impide escuchar en un 100% lo que tengo que escuchar), el Profe, que más que profe parecía trabajador de servicio público, hablaba y hablaba y yo no escuchaba ni weas. Ponía mi cabeza de perfil para que las ondas sonoras entraran por el oído bueno y apenas era un murmullo. Que lata que me pasen estas cosas, me decia a mi mismo.
Lo que si escuché claramente fue que dijo “trabajo en grupo”… conchetumadre, tanto pendejo para elegir y yo sin pinzas. Realmente fue un sufrimiento saber donde encajar. Por el lado derecho tenía a las Spice Girls y por el otro a las Chicas Superpoderosas.
Pero en un rincón divise algo relativamente interesante, mucho lustre, mucho peinado, mucho orden y mucho aroma, era lo ideal para comenzar a forman un grupo, pero de esoso grupos de a dos, pero como saben… mi paradigma es ser entrantemente tímido... eso si no llevo encima tres ron, dos sour y un par de conversaciones calurosas, por lo que deseché la posibilidad de agruparme con quien había divisado.
Seguí mirando y vi a una mujer algo mayor, creo que la única de mi edad y decidí acercarme a ella, aunque la estética me decía lo contrario. Vestía de traje naranja amarillo, unas chalas cafés, la pedicure de color rosado pálido y una peluca tipo Mafalda, pero en colores dorados y raíz negra y tenia cara de entretención, pero de esas que te quitan hasta el sueño.
Fue una hora estudiantil eterna. La mujer más apática de toda la universidad me había tocado de compañera de grupo y un grupo de a dos. Todos los otros pedían autorización para hacer grupos de a seis y yo con una vieja rancia, que lo único que hablaba era de la globalización como si ese tema lo hubiera leído antes de llegar a clases para parecer más instruida. Eso me recordó un capitulo de Casado con hijos 2 donde la Tity leía un titular de La Cuarta para poder tener opinión y leyó: “Broca cochi se ensaña con amante y la manda al patio de los callaos, papurris están de muerte” y cada vez que le decían algo ella respondía: “Broca cochi se ensaña con amante y la manda al patio de los callaos, papurris están de muerte”, soy seca!. En fin.
Finalmente llegó la hora del breack donde si vino el golpe más grande... tuve que bajar desde el piso 4º al piso 1º donde está el patio, caminar a la entrada, salir a la calle y por fin poder prender un pucho. Weon me eché todo el breack en bajar y subir y el resto fue puro desinfle (andaba algo hinchado de tanto nervio) y ahí me encontré con mis compañeros de antes, todo esos que están cursado el 4to año, casi saliendo y yo entrando a segundo, terrible weon. Fueron sentimientos encontrados, por un lado alegria de verlos y por otro pena de no seguir con ellos y para que estamos con cosas, envidia de que les quede tan poco.
Hoy, ya vengo preparado para pasar de nuevo por lo mismo. Me toca economía por lo que asumo que habrá gente más grande y no tanto pendejo con cara de kudai, mirando fotos en el celular, dibujándose tatuajes con plumones, conversando por escritura, hablando de Mario (Mario es el pololo de la que se sentó a mi lado y es un poco lacho, pero otro día les cuento más ya que como ando medio sordo… justo se sentó en la oreja mala y no alcancé a escuchar todo). Y esas cosas.