HISTORIAS DE METRO

Era tarde y venía en el metro un día que decidí almorzar con Iván y Susana en un Food Launch de los barrios altos de Isora goynitcheea (Isidora Goyenechea), por allá donde le gente es linda, viste elegantemente y tiene apellidos extraños.

Me senté frente al asiento para discapacitados y minusválidos del Metro de Santiago, línea 1, estación el Golf, obvio, todo el rato.

Frente a mi, en el asiento de minusválidos, se sentó una chica con bolsas y paquetes acompañada de su novio, ambos con pinta de Estación Central. Parecían algo perdidos en ese lugar.

Algo comentaban y se reían fuertemente. De pronto ella dice:

- Yi el Guaso decía “hay me duele, me duele la clavícula gueón “ por que el Negro le había da´o un combo – ella hacía el gesto muy gracioso y burlesco sobajeandose la cara, cerca de la muela.

- Jajajaja, yi el weón tonto embécil decía claícula y era mandíula. – continuó con su chiste.

Yo los miraba, mientras ellos trataban de hablar entre tanta risa cortada. De pronto ella dice:

- A donde que le va a doler la claícula por un combo si la claícula está acá poh.

Se paró y le mostró a su novio donde tenía ella la clavícula. En la parte posterior de su pierna, justo donde está el fémur… ahí estaba su “claícula”. Y para peor el asintió con su cabeza y siguieron cayados el resto del viaje, mientras yo trataba de no reír frente a tanta tontera.

Bien estaban ubicados en el asiento para minusválidos.

(*) dentro del texto hay palabras mal escritas intencionalmente.